


os Queremos contar una historia...
Se trata de la historia de una mexicana. Concretamente de una campechana (de Campeche, sí de ahí viene eso de campechano.) Se enamoro de un español, y se fue de su patria por amor. En España tuvo dos hijos. Es muy difícil vivir lejos de toda tu familia pero bueno, a la larga te acostumbras.
De alguna manera se podría decir que esos niños eran mexicanos exiliados al nacer. Vivieron en casa las costumbres y tradiciones mexicanas. Ya saben lo que dicen, que un mexicano nace donde se le viene en gana. (Si, ya sé que también lo dicen de los de Bilbao y de otros sitios, pero, por favor, concentrémonos en la historia.) Así cada cierto tiempo viajaban a México periodos más o menos largos. En aquel tiempo, México estaba, más lejos que ahora. No había videollamadas, y las llamadas internacionales si se alargaban te adelantaban el final de mes.
De esa forma, estos niños se enamoraron de una cultura y sabores únicos, que cada día extrañaban más y más. Dicen que quien no quiere a su patria, es que no quiere a su madre. Y en este caso, se hace más cierto que nunca. Un corazón dividido entre dos patrias. A veces pensamos que la cultura latinoamericana es idéntica a la de aquí, ya les voy adelantando que se equivocan.
Los niños fueron creciendo, aquí se criaron sin abuelos. Y sus abuelos siempre se encontraron a miles de km de distancia, así que los veían poco. Por eso, ellos también venían a visitar. Para un niño un abuelo es LO MÁS. LO MEJOR. Un padre, una madre están bien, pero un ABUELO. Bueno los que tengáis padres y abuelos sabéis a que me refiero.
Los abuelos siempre traen caramelos a los niños. Y REGALOS. Los regalos de un abuelo siempre son especiales, incluso si te regalan una piedra. Cuando ellos venían había algo que siempre traerían con ellos. Algo único, algo especial, … Ese momento mágico en que la familia se vuelve a reunir, un momento de ilusión, en el que los problemas son más bien ninguno. Momentos de reencuentro, que sucederían siempre alrededor de una PIÑATA.


Piñata es mucho más que una cantina.
Es un estilo de vida.


